PMI de agosto: motor encendido, precios ardientes

El PMI sin vueltas
El PMI es una encuesta mensual que pregunta a empresas si vendieron más o menos, si contrataron gente, si los costos subieron y si pudieron cobrar más por lo que hacen. Cuando el índice queda arriba de 50, la economía está creciendo; si cae debajo de 50, se enfría. Hay dos películas a la vez: manufactura (fábricas, exportaciones, inventarios) y servicios (todo lo que usamos a diario: tecnología, salud, restaurantes, finanzas, educación). Agosto es un mes puente: suele adelantar el tono del cuarto trimestre, así que vale prestarle atención.
Dato del mes, sin rodeos
En agosto 2025 el PMI compuesto de EE. UU. subió a 55.4 (desde 55.1 en julio), un máximo de 8 meses; servicios se mantuvo sólido en 55.4 (ligeramente por debajo de 55.7 de julio) y manufactura rebotó con fuerza: el PMI manufacturero saltó a 53.3 (desde 49.8), su máximo en 39 meses, y el índice de producción de fábricas trepó a 55.2 (desde 51.3), el mayor avance mensual desde mayo de 2022. Es crecimiento de verdad y amplio.
Qué dijo agosto en Estados Unidos
Agosto mostró más actividad y más contratación. La producción total encadenó 31 meses consecutivos de expansión, y las empresas reportaron la mayor acumulación de trabajos pendientes desde mayo de 2022. Esa cola de pedidos (los backlogs) fue uno de los motivos para contratar más: el ritmo de creación de empleo fue uno de los más altos de los últimos tres años, con servicios acelerando contrataciones y fábricas anotando la mayor mejora desde marzo de 2022.
En paralelo, las compañías acumularon inventarios como no se veía en mucho tiempo: los stocks de producto terminado aumentaron a un ritmo récord desde que hay datos (2007) y los stocks de insumos registraron la segunda mayor suba en más de tres años. Parte responde a expectativas de mayor demanda y parte a precaución frente a posibles cuellos de botella o nuevas subas de costos.
La cara menos simpática del reporte fue precios. Con costos al alza —impulsados en gran medida por aranceles y reglas comerciales que encarecen importaciones— muchas empresas subieron los precios cobrados al ritmo más fuerte de los últimos tres años. En manufactura, los costos tuvieron la segunda mayor suba desde agosto de 2022; en servicios, la inflación de costos fue de las más altas desde 2023. El resumen es claro: crecemos más, pero los precios también empujan.
Europa y el resto: el eco del movimiento
La historia no quedó en EE. UU. En la eurozona, el PMI compuesto tocó un máximo de 15 meses y, por primera vez en más de un año, los nuevos pedidos volvieron a crecer. La manufactura mostró señales de mejora después de mucho tiempo, y servicios mantuvo la batuta. En Reino Unido el crecimiento alcanzó el mejor ritmo del año, aunque varias empresas siguieron ajustando empleo para proteger márgenes. El mensaje global es que las economías desarrolladas se están moviendo mejor de lo que se esperaba hace unos meses.
Por qué este repunte importa de verdad
Cuando producción y nuevos pedidos empujan juntos, el ciclo gana inercia. Si además suben los backlogs, las empresas tienen trabajo asegurado incluso si la demanda se modera un poco. Eso ayuda a explicar por qué la contratación mejoró: nadie quiere quedarse corto de personal cuando hay cola de pedidos. La acumulación de inventarios, por su parte, funciona como un amortiguador: si una pieza tarda más o sube de precio, tener stock te evita frenar la línea. Todo eso sostiene la actividad en el próximo trimestre y reduce el riesgo de frenadas bruscas.
El canal de precios: el “susto inflacionario” sin dramatizar
El punto sensible es inflación. Si los costos suben y las empresas trasladan esa suba a los precios cobrados, el consumidor lo ve rápido y los bancos centrales también. Agosto marcó otra ronda de traspaso de costos a precios, en parte vinculada a aranceles y cambios de reglas comerciales que encarecen insumos importados. Si esto persiste, complica los planes de bajar tasas muy pronto. La pregunta clave para septiembre y octubre es si los precios ceden un poco mientras la actividad se mantiene, o si ambos siguen calientes.
Tres caminos posibles (y cómo se ven en tu cartera)
Si los próximos reportes muestran actividad firme con precios moderándose, es el escenario del aterrizaje suave. Ahí suelen lucir los cíclicos de calidad y los bonos con duración moderada conviven sin drama con ese mundo. Si la actividad sigue fuerte pero los precios se recalientan, aparece el susto inflacionario: la curva tiende a empinarse, los bancos, energía y el value aguantan mejor, y conviene ser más corto de duración o usar protecciones (por ejemplo, bonos ligados a inflación). El tercer camino, enfriamiento, se ve cuando los índices caen bajo 50 y el empleo se frena: ahí brillan los defensivos (consumo básico, utilities, salud) y los bonos largos ganan peso porque el mercado descuenta tasas más bajas.
Cómo moverte sin volantazos
No hace falta cambiar todo hoy. Espera a las lecturas finales de PMI y a los reportes ISM de manufactura y servicios de los primeros días hábiles del mes. Si ves que los precios cobrados ceden mientras los pedidos se sostienen, puedes mantener cíclicos y —si tu perfil lo permite— alargar un poco la duración en bonos. Si los precios siguen tensos, tiende a recortar duración, considerar TIPS o coberturas, y rotar una parte hacia value y energía. Si el cuadro se enfría, defensivos y duración vuelven a ser tus amigos.
Empleo y backlogs: la dupla que sostiene el motor
Hay una relación que conviene vigilar: cuando suben los backlogs, muchas empresas contratan para ponerse al día. Eso es bueno para el ciclo, pero si la contratación corre más rápido que la productividad, los costos laborales pueden presionar márgenes y alimentar los precios. Por eso, además del titular del PMI, mira siempre la combinación nuevos pedidos + empleo + precios cobrados.
Inventarios: el seguro que todos miran
El salto en inventarios responde a dos instintos: confianza (espero vender) y prevención (prefiero cubrirme ante demoras o costos). Demasiado stock con demanda floja se convierte en descuentos y márgenes apretados, pero en la foto de agosto el movimiento luce más como un colchón para mantener la producción pareja si algo se complica.
Crecimiento “nowcast”: pista rápida
Con estos datos, el propio análisis del proveedor del PMI sugiere una expansión del PIB cercana al 2.5% anualizado en el 3T, por encima del promedio de 1.3% visto en el 1S. No es una proyección oficial, pero ayuda a entender por qué el mercado leyó aceleración.
Calendario y metodología útil
El flash se levantó entre el 12 y el 20 de agosto y se publicó el 21 de agosto (09:45 ET). Las lecturas finales llegan el 2 de septiembre (manufactura) y el 4 de septiembre (servicios y compuesto). ¿Cómo se construye? En manufactura se ponderan nuevos pedidos (30%), producción (25%), empleo (20%), tiempos de entrega (15%, invertido) y stocks de compras (10%). El compuesto mezcla producción manufacturera con actividad de servicios, ponderadas por su peso en el VA de cada sector. Saber esto te ayuda a leer qué está moviendo el indicador y por qué.
Divisas y materias primas: el eco del PMI en el mercado
Con actividad al alza y precios firmes, el dólar suele encontrar apoyo, especialmente si el mercado asume una Fed más dura por más tiempo. En energía y metales, una economía caliente sostiene precios; si el aterrizaje es suave con precios controlados, el tono es más equilibrado. Si el ciclo se enfría, el dólar gana por aversión al riesgo y el oro vuelve a brillar como cobertura clásica.
Un ejemplo práctico con números mentales
Imagina una cartera 60/40 (acciones/bonos del Tesoro). Con el PMI de agosto en mano, decides no mover la asignación hasta ver ISM. Si los precios se moderan, mantienes el 60% y apuntas a compañías cíclicas con caja real y buena disciplina de costos; en bonos, alargas un poco la duración. Si los precios siguen tensos, rotas 10 puntos hacia value/energía y recortas duración para capear una pendiente más agresiva de la curva. No cambias el plan; lo ajustas.
Qué mirar las próximas semanas
Primero, las lecturas finales de PMI a comienzos de mes. Segundo, los reportes ISM: manufactura el primer día hábil y servicios el tercer día hábil. Tercero, Payrolls y JOLTS por el lado del empleo, y cualquier pista de la Fed en discursos o minutas. Si ves que los precios cobrados siguen calientes con actividad >50, el mercado leerá “tasas altas por más tiempo”. Si aflojan, el soft landing gana fuerza.
Mini glosario que sí vas a usar
Precios pagados: costos de insumos que compra la empresa. Precios cobrados: lo que termina pagando el cliente. Backlogs: pedidos acumulados por entregar; si crecen, aseguran trabajo hacia adelante. Tiempos de entrega: cuán lentos o rápidos están los proveedores; cuando se alargan, puede haber cuellos de botella. Duración: cuánto se mueve el precio de un bono cuando cambian las tasas (más duración, más sensibilidad).
Mapa mental
Agosto deja una idea simple: el motor está encendido y con gasolina suficiente, pero el tablero marca una temperatura de precios más alta de lo ideal. Con ese balance, se puede navegar sin dramatizar: más cíclicos y duración prudente si todo fluye; más value/energía y menos duración si los precios insisten; y un sesgo defensivo si el ciclo se enfría. El resto es disciplina, tamaño de posición y paciencia. Si te sirve este formato, suscríbete para recibir un macro‑brief semanal que va directo al punto.